Nos dirigimos al Palacio de la Virreina, un palacio situado en la Rambla de estilo barroco. Este edificio es la sede actual del instituto de cultura del ayuntamiento de Barcelona y se construyó a mediados del siglo XVIII. El nombre del palacio viene debido a que la virreina fue esposa del Virrey de Perú, Manuel Amat i Junyent , marqués de Castellbell que quiso mostrar su riqueza construyendo un palacio donde vivió mayoritariamente su esposa, por eso toda la gente le llamaba así. Las obras las dirigió el marqués desde Perú ayudado por el arquitecto Carles Grau. Pero no pudo disfrutar mucho de la residencia ya que murió poco tiempo después de llegar a Barcelona, y su viuda fue la que vivió principalmente. El Palacio de la Virreina es muy bonito de ver ya que muestra el estilo barroco poco usado y su fachada principal decorada con pilastras y doce jarrones. Aquí se hacían exposiciones relacionadas con el arte, literatura o fotografía, abajo hay una oficina de información cultural y venta de entradas. También es bonito poder ver su patio interior, donde se encuentran unas esculturas gigantes:
BOQUERÍA...



Antes de acabar de inspeccionar la zona de la boqueria, fuimos al bar Pinocho, donde es típico desde hace muchos años el famoso “biberó”, que se sirvió por primera vez en este bar. Nos explicaron que era una mezcla de café con leche condensada, tenía muy buena pinta.
PLA DE L'ÒS...
Por fin acabamos. Después de visitar el mercado fuimos al medio de la Rambla donde había una obra de Joan Miró. La obra se llama “pla de l’òs” que fue ubicada en el 1976 donde había nacido 83 años antes. Su intención era que los paseantes de la rambla pisaran su mosaico y no le importaba que quedase deteriorado. Pero en el 2006 el ayuntamiento se encargó de renovarlo para que no perdiera sus colores. Miró quería transmitir colores vivos recordando un poco la infancia. Mirando arriba hay una fachada que llama mucho la atención porque es de estilo oriental:
LICEO...

PINTOR DE LAS OBRAS DEL LICEO...

PLAZA REAL...
Saliendo del Liceo, nos acercamos a la plaza Real donde podemos observar muy bien los fanales realizados por Antoni Gaudí i Cornet en sus primeros años de trabajo. Los fanales son de bronce y hierro forjado coronado con un casco de Mercurio (dios del comercio) con alas y una serpiente enroscada en una base de piedra. La plaza Real se abrió en 1848 después de que el Ajuntamiento convocara un concurso (1841) para urbanizar el espacio de los "Caputxins". El concurso lo ganó Francesc Daniel Molina, con un proyecto inspirado en las plazas francesas. Es un plaza con fachadas de edificios uniformes, con arcos de medio punto en la planta baja y pilastras con capitel corintio. Las fachadas se decoran con escudos. Al 1982 la plaza se remodeló por el proyecto de Federico Correa y Alfons Milà.
En el centro de la plaza se puede observar una fuente con tres figuras romanas que representan tres hermanas de la mitología grecorromana. Son las tres Gracias, la Gracia rubia representaba la belleza, la del medio el deseo y la morena la satisfacción. Las Gracias, nacidas de uno de los amores de Zeus, presidían banquetes, las danzas y todas las actividades y celebraciones placenteras. Otorgaban a dioses y mortales la alegría, la liberalidad y la sabiduría. Se creían que tenían la capacidad de dotar a los hombres de la genialidad necesaria para ser un excepcional artista. Sus manos tejieron las ropas de Harmonía, compitieron con Afrodita por el don de la belleza, pero consolaron a la diosa cuando perdió a Adonis. Las Gracias eran jóvenes y muy bellas pero sobre todo modestas y solían llevar el pelo recogido a causa de los bailes. Siempre estaban danzando, precisamente en la actitud de danzar y darse las manos.
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